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Datos y argumentos falsos en el argumentario del PP contra Prisa
En el argumentario enviado por la dirección del PP a sus dirigentes y cargos públicos acerca del boicot a Prisa figuran datos y argumentos falsos para dañar la estabilidad del Grupo mediático que preside Jesús de Polanco. Se trata, pues, de una campaña de desprestigio, diseñada bajo la premisa de que el fin justifica los medios. Todo vale, una vez más, a la derecha española a la hora de conseguir sus objetivos. Calumnia que algo queda.
Así lo hizo ya el Gobierno Aznar, poco después de llegar a la Moncloa, cuando decidió poner el aparato del Estado al servicio del hundimiento –felizmente frustrado- de Prisa. Participaron con singular protagonismo en semejante tarea destructora desde el vicepresidente primero del Ejecutivo, Francisco Álvarez-Cascos, hasta el portavoz y hombre de confianza de José María Aznar, Miguel Ángel Rodríguez, pasando por muchos otros personajes de mayor o menor relieve.
Sobre las cenizas
También actuaron magistrados de la Audiencia Nacional, como Javier Gómez Liaño, quien al final fue condenado por el Tribunal Supremo por prevaricación. Polanco y Juan Luís Cebrián pudieron fácilmente ingresar en la cárcel. No faltaron periodistas relevantes, conocidos todos por su furor antisocialista y su ambición sin límites, ansiosos algunos de ellos de ser los polancos o los cebrianes del Gobierno del PP. Procuraron levantar –sobre las cenizas de Prisa- un imperio periodístico alternativo, de matriz genovesa.
La de Dios es Cristo
Utilizaron, en efecto, datos falsos y montaron la de Dios es Cristo. Fue un asalto en toda regla con la esperanza de acabar con El País y la SER, principalmente. Se hicieron desde el Gobierno informes basados en falsedades que fueron filtrados a través de la revista de extrema derecha Época, difundidos más tarde urbi et orbe y convertidos en prueba judicial de un delito inexistente. El compañero de pupitre de Aznar, cuando estudiaban ambos bachillerato en el colegio de El Pilar, Juan Villalonga, fue nombrado presidente de Telefónica gracias al dedo del ya presidente del Gobierno.
El zar de Moncloa
Desde Telefónica, Villalonga capitaneó la construcción de ese imperio popular. Por cierto, el capricho del Zar de Moncloa costó lo que no está escrito y hasta se transformó en una operación de alto riesgo para Telefónica, con el añadido de que la historia parecía fundamentada en el cuento legendario de Ali Babá y los cuarenta ladrones.
Capacidad de invención
Estos son los antecedentes del asunto actual. En el citado argumentario se atribuyen las palabras de Polanco a la presunta mala situación de las inversiones audiovisuales del Grupo y a su necesidad de recabar apoyo del Gobierno con el fin de salir de su “profunda crisis empresarial”, debida a “la debilidad de Prisa”. En fin, que Prisa estaría a punto de romperse. Como España. La capacidad de invención de estos conservadores supera casi todo lo imaginable. Los expertos en el arte de mentir no cesan en su fervor por el engaño. Pronto Polanco puede ser acusado de ser el autor intelectual del 11-M.
La confusión
El boicot incluye la retirada de publicidad por parte del PP. Algunos gestores de empresas públicas de carácter autonómico o local, adscritos a este partido, o afines a él, han ordenado suspender algunas campañas de publicidad previstas o en marcha ya. La confusión de lo público con lo privado, que tanto agrada a la derecha -que tiende a tener un acusado sentido patrimonial de España-, ha vuelto a evidenciarse con tales episodios.
Ya tienen bastante
Lo intentaron estando en el Gobierno. Lo intentan ahora de nuevo desde la oposición. Les resbala la libertad de expresión. Con la COPE y El Mundo ya tienen bastante. Cuando lleguen las elecciones de mayo y las generales habrá que recordar de qué modo el PP se las gasta con los medios que no controla o no le son afines.